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La Mujer latinoamericana : ciudadana y mujer
Los cambios que ocurren a nuestro alrededor pueden significar el comienzo del verdadero humanismo o pueden significar también un importante retroceso de los "pocos" logros alcanzados hasta ahora. Pueden constituir un impedimento de avanzar hacia formas de convivencia más desarrolladas y progresadas de acuerdo con las transformaciones que se están introduciendo en nuestras vidas. Estos cambios a los que nos referimos y que están modificando la vida social cotidiana de los individuos y grupos son debidos a la irrupción de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones en la vida social, económica, política, cultural y ética de las sociedades actuales.
Los/as que venimos de una formación humanista en donde el conocimiento de la ciencia y la tecnología es escaso cuando no nulo, difícilmente podemos percibir y mucho menos comprender , aunque parezca extraño, lo que pasa a nuestro alrededor. Si esto no fuera así y nuestra percepción y comprensión de los fenómenos científicos se hubieran dado, se hubiera provocado una reacción a nivel de curiosidad primero que permitiera una aproximación, y la elaboración de un pensamiento, contribuyendo a que la humanidad pudiera alcanzar niveles de evolución más elevados, más en concordancia con el estadio de pensamiento, inteligencia y amor al que aspiramos como seres humanos.
Pero el humanismo que hemos desarrollado se ha quedado muy por debajo del nivel de desarrollo tecnológico, y científico que se ha conseguido en los años que tenemos de existencia civilizada y que ahora vuelve a ponernos a prueba con estos cambios que a nivel de la ciencia y de la tecnología estamos viviendo. Los retos que se nos plantean son de mucho más alcance que nunca en lo que conocemos de historia de la humanidad. Los descubrimientos científicos y las nuevas tecnologías están provocando una revolución sin precedentes en la humanidad y los que saben, dicen que estamos apenas al principio de una nueva era y de una nueva civilización.
Entonces siendo esto así nos queda el recurso de aceptar los nuevos retos o quedarnos a la expectativa, corriendo el riesgo de quedar rezagados o de covertirnos en obstáculos a los movimientos que se está generando.
Esta novedosa situación que estamos viviendo nos obliga a cuestionarlo todo, a comprobar el aceleramiento con que se consumen las ideas, las acciones y a presenciar la rapidez con la que avanzan las nuevas técnicas y las aplicaciones tecnológicas y científicas.
También constatamos que estos cambios no son coyunturales sino estructurales lo cual significa que el planteamiento de nuevas situaciones requiere de nuevas formas de entender los asuntos para encontrar la mejor solución a éstos.
El efecto más significativo de las nuevas tecnologías de la información en nuestro mundo actual es el de la globalización. Este fenómeno se aplica no solo a la economía sino que abarca a todos los campos de acción y de pensamiento del individuo y de los grupos.
Es en efecto, una realidad el que hayan emergido asuntos que por ser nuevos requieren de nuevas formas para afrontarlos, como por ejemplo, el de las migraciones ; el de la Mujer ; el de los nuevos derechos ; el de los niños ; el de la ecología ; el de los derechos humanos ; el de los nacionalismos ; y los fundamentalismos religiosos ; el de una subclase que emerge ante la polarización de la riqueza y de la pobreza ; el de la diversidad cultural ; el de una nueva ciudadanía ; el de la educación ; la democracia ; la sociedad civil ; etc.,
Cualquiera de estos fenómenos debe ser atendido desde la óptica de la globalización y desde la creación de un nuevo contexto.
Siendo que el asunto de la Mujer es uno de los asuntos emergentes más importantes en esta nueva situación éste debe ser tratado desde un nuevo marco igualemente. Las viejas estructuras dentro de las cuales insistimos en dar respuestas al tema de la mujer ya no son válidas para entender y afrontar adecuadamente las cuestiones que plantean las mujeres de hoy.
La Mujer en el nuevo contexto
Es indiscutible que la presencia de la mujer en la vida activa de la sociedad ha ayudado a la renovación de ésta y ha planteado asuntos que ponen de manifiesto la incapacidad de las viejas estructuras actuales para dar soluciones apropiadas y satisfactorias a mujeres y a hombres.
Las mujeres han hecho abandono de antiguos modelos y esquemas de dominación patriarcal y sexista y demandan un role de participación en el nuevo código social. La violencia ha sido un dominante de subordinación, sometimiento y violación de los derechos más elementales en la vida de las mujeres. Hoy las mujeres repudian la violencia como un factor de dominación y de subordinación a través del aumento de una demanda de voz, pensamiento y presencia como una condición mínima para un diálogo individual y colectivo.
Las mujeres demandamos un profunda reconstrucción de la vida diaria, de la sociedad, del estado, de la cultura, de la educación, para la erradicación de la violencia como un método ejercido durante siglos en nuestra historia, en nuestra vida diaria y en las utopías.
El proceso de construcción de un nuevo código social debe contar en su elaboración con la participación de las mujeres y de los hombres en un total plano de equidad de género y donde el humanismo de mujeres y hombres sean las bases éticas que contribuyan, a la erradicación de la opresión y a la formación de mujeres y hombres libres.
La dignificación de la mujer es un objetivo que nos proponemos, reclamando para nosotras la participación política activa para la instauración de la democracia. La sociedad civil que ha sido renovada en gran medida gracias a la mujer no puede conservarse como una estructura patriarcal. Debe evolucionar hacia formas de equidad y equilibrio entre las diferentes fuerzas sociales activas. No habrá democracia real ni sociedad civil sin la participación activa de la mujer. La presencia de la mujer en la vida civil es una condición de los nuevos tiempos y un elemento esencial para la nueva sociedad y para la construcción de una nueva ciudadanía basada en la ética y la equidad, el respeto a los derechos individuales y a los derechos que se refieran específicamente a la situación de las mujeres en el proceso de cambio y que son universales.
Hacemos reivindicación del amor como base del estado, y rechazamos la violencia, el autoritarismo, el exclusivismo y el sectarismo político, como destructivo para la conformación de una nueva civilización. Optamos por formas de participación directa y de pluralidad representativa para la gobernabilidad.
Como mujeres latinoamericanas demandamos un role de participación activa en la decisiones políticas de nuestras comunidades. Reclamamos la dignidad, la ética y la equidad como principios de participación política. Reclamamos la deconstrucción social y mental del patriarcado. Reclamamos la intervención política en la toma de decisiones políticas de primer rango y no simplemente como participantes de segundo plano, ni como acompañantes, ni como voluntarias ni subordinadas. Queremos construir un mundo donde quepamos todas/os y donde la libertad sea irrestricta, donde reine la paz, donde se use el pensamiento, se de valor a la palabra donde se potencie el diálogo mutuo y el acuerdo entre hombres y mujeres.
"Queremos estar en la primera fila de la dimensión de la vida que no es secundaria, ni subordinada a otras restricciones. Queremos examinar el contexto patriarcal del mundo que nos disminuye y reduce , nos pone en peligro ,nos hace vulnerables y desiguales y contribuye a nuestra miseria económica, cultural, educativa, con la sensación de una vida sexista especialmente violenta en las relaciones personales, en la intimidad en el campo político y aún en la soledad." (Hacia una nueva constituyente desde las Mujeres-1994"