El 19 Junio y la marcha de la esperanza

Madrid, 21 de Junio de 2011

Por Piedra Negra

Han pasado ya dos días desde la gran Marcha del 19 de Junio. Todavía los ecos de las voces concienciadas en diferentes tonos arrullan con sentimiento nuestra mente con fina delicadeza. Ah ! pero sobretodo la última imagen de esa gran fiesta de la paz, la esperanza y de la libertad, queda fija en la pupila como un recordatorio de lo que es la felicidad. Una imagen de marcha reivindicativa,eufórica, amigable, fraterna, sudorosa y sedienta compartida con esa imagen de suave disfrute, de sociable amistad y encanto que se convirtió en un picnic urbano que duró el tiempo después de la llegada de los caminantes a la plaza de Neptuno, hasta la Asamblea de Sol.

Nadie puede imaginar el espíritu libre y feliz que flotaba en ese día, donde el sol cómplice y total, acompañaba esta marcha ; estas gentes venidas de los extrarradios, con sus ilusiones, carteles, y agua a sus espaldas, sin cansancio, sin miedo, pero con la fuerza que da la razón y con la razón como fuerza para unir sus latidos a otras decenas de miles que ya se congregaban en la Plaza de Neptuno.

Llegada apoteósica, entre vítores y aplausos se dieronn la bienvenida y sus gargantas vibraron y se unieron en una sola voz de reivindicación y clamor de justicia y libertad. Y así se prolongó esta euforia colectiva durante horas y horas.

Como en una ágora las gentes iban de un lado al otro, se conocían y abrazaban, charlaban, debatían, preguntaban, reían, cantaban, y entre medias, los paseantes absortos ante esta gran asamblea popular sonreian unos, escondían sus miradas otros, con ojos de sorpresa los más y con simpatía bastantes más.

Con este espíritu de convivencia y de libre empatía, los manifestantes hacían discurrir el tiempo y el espacio mientras se iba conformando lo que el momento requería después de tantas horas de pie, y se iban sentando en esquinas, aceras, jardines, zonas verdes, asfalto y se acompañaron de un gran picnic urbano al ritmo de bebida y comida. En verdad era la estampa de un gran cuadro bucólico del siglo 18, contando pequeños grupos de personas aquí y allá.

La revolución ,pues es ésta, la de gente pacífica que se quiere, respeta y que quiere vivir en paz. Y para ello exigen condiciones que les permitan hacerlo. Incompatible con la rapiña de la banca, con la confiscación de las viviendas pagadas con el sudor de cada trabajador, con el trabajo esclavo, con la falta de libertad, con la opresión y censura social, con el yugo de un sistema político, con la industrialización de la educación y la cultura, y con la apropiación del conocimiento y la cultura.

Estamos inmersos en una revolución que evoluciona y que va para largo. Eso está asumido. Ni un paso atrás. Los tiempos del empleo y el trabajo forzado está tocando a su fin. Ya el empleo no forma parte de esta sociedad emergente. habrá que pensar en nuevos canales de distribución de esa riqueza que nos pertenece a todos pero que está acumulada en las manos de un puñado. Esa es parte de la actividad en los mañanas que siguen a este inicio. Aquí se piensa y se reflexiona.

Esta evolución hacia condiciones de vida y de convivencia libre, equitativa que nos lleve a la sociedad de iguales es el cometido que ahora nos ocupa. Y contamos con la ayuda de las nuevas tecnologías que nos han permitido el cambio de paradigma y vislumbrar que el mundo nuevo que llevamos dentro lo hagamos realidad. ¡¡Un sueño !!